domingo, 3 de marzo de 2013

Cuento la Lechera

Compañeros, disculpen por el atraso.

Randy de León

Hace mucho tiempo, en una granja rodeada de animales, vivía la joven Elisa. Una mañana de verano se despertó antes de lo acostumbrado.

¡Felicidades, Elisa! (le dijo su madre). Espero que hoy las vacas den mucha leche porque luego irás a venderla al puieblo yu todo el dinero que te den por ella será para ti. Eso será mi regfalo de cumpleaños.
¡Aquello si que era un asorpresa! ¡Con razón pensaba Elisa que algo bueno iba a pasarle! .

Ella que nunca había tenido dinero, iba a ser la dueña de todo lo que le dieran por la leche. ¡Y por si fuera poco, parecía que las vacas también se habían puesto de acuerdo en felicitarla, porque aquel día daban más leche que nunca!.

Cuando tuvo un cántaro, grande y lleno, se puso en camino. Había empezado a calcular lo que le darían por la leche cuando oyó un carro. En él iba Lucia hacia el pueblo para vender sus verduras.

-¿Quieres venir conmigo en el carro? ( le pregunto).
-Muchas gracias, pero no subo porque con los baches la leche puede salirse y hoy lo que gane será para mí.

¡Vaya suerte! (exclamo Lucia). Seguro que ya sabes en lo que te lo vas a gastar.
Cuando se fue Lucia, Elisa se puso a pensar en las cosas que podría comprarse con aquel dinero. Ya se lo que voy a comprar: ¡Una cesta llena de huevos! Esperaré a que salgan los pollitos, los cuidaré y alimentaré muy bien, y cuando crezcan se convertirán en hermosos gallos y gallinas. Elisa se imaginaba las gallinas crecidas y hermosas; siguió pensando qué haría después.

- Entonces ire a venderlos al mercado y con el dinero que gane compraré un cerdito, le daré muy bien de comer y todos desearán comprarlo, así cuando lo venda, con el dinero que saque, me compraré una ternera que dé mucha leche. ¡Qué maravilla! Será como si todos los días fuera mi cumpleaños y tuviera dinero para gastar.

Ya se imaginaba vendiendo su leche en el mercado y comprándose vestidos, zapatos y otras cosas.  Estaba tan contenta con sus fantasías que tropezó, sin darse cuenta, con una rama que habia en el suelo y el cántaro se rompió.

-¡Adios a mis pollitos, a mis gallinas, a mi cerditoy a mi ternera! ¡Adiós a mis sueños de tener uan granja! No sólo he perdido la leche sino que el cántaro se rompió. ¿Qué le voy a decir a mi madre? ¡Está bien que me pase esto por ser tan fantasiosa!

Y así es como acaba el cuento de la lechera. Sin embargo, cuando regresó a la granja le contó a su madre lo que había pasado. Era una madre muy compresiva y le hablo así:

- No te preocupes, hija, cunado tenía tu edad era igual de fantasiosa que tú, pero gracias a eso empece con negocios parecidos a los ue te imaginabas y al final, logré tener esta granja. La imaginación es buena si se acompaña de un poco de cuidado con lo que haces.

Elisa aprendió mucho ese día y a partir de entonces, tuvo cuidado cuando su madre la mandaba al mercado.

viernes, 8 de febrero de 2013

Ley de Educación Especial y Reglamento de Evaluación

Jóvenes por favor, darle un click al link y luego seleccionar los archivos indicados en el titulo de  la entrada. Del reglamento de Evaluación, leer únicamente  el apartado sobre educación especial.

Éxitoshttp://www.mineduc.gob.gt/DIGEESP/materialConsulta.html